lunes, 19 de diciembre de 2011

Entrevista con Alberto Suárez, editor de Ámbitu

Alberto Suárez lleva casi quince años al frente de la editorial Ámbitu, de la que es socio junto a Inaciu Iglesias, quien la fundó en 1996.

Ámbitu ha editado más de 150 títulos, en asturiano y castellano, en géneros como la narrativa, la poesía, el teatro o el ensayo y en disciplinas como la lingüística, el cine o la música. Además, también publica literatura infantil y juvenil. En su catálogo cuenta con autores como Xuan Bello o Berta Piñán.


Desde el año de su fundación, Ámbitu edita, íntegramente en asturiano, el semanario de información general Les Noticies, dirigido por Henrique G. Facuriella. En 2010 se pone en marcha el diario digital LesNoticies.com que incluye información general y secciones como Asturies, Actualidad, Economía, Cultura, Llingua y Sociedad.

Publicaciones Ámbitu también edita desde 2001 la revista El Súmmum que da cobertura, en asturiano y castellano, a la creación en disciplinas como las artes plásticas, la literatura, los audiovisuales, la música, la fotografía, etc., con un criterio de selección basado en la calidad y la innovación de las propuestas.

La música tiene un papel importante, el catálogo completo de discos se comercializa en la tienda on line de Ámbitu donde se pueden encontrar creaciones de distintos estilos como la música de autor, la canción asturiana, el folk o la música infantil.

Publicaciones Ámbitu es algo más que una editorial, su compromiso con la cultura y la información le ha permitido desarrollar proyectos que forman, informan y entretienen en asturiano y también en castellano.


¿Cómo es la labor de un editor que elije trabajar en la periferia y en asturiano?

En general, desde la periferia, se puede tener una perspectiva más amplia y menos monolítica, más abierta a las minorías, a lo diferente. El tamaño de nuestro mercado está determinado por el hecho de editar en asturiano tanto en términos cuantitativos –Asturies tiene una población de un millón de habitantes– como cualitativos –por el status jurídico del idioma, porque publicamos en una lengua minoritaria, cuyo uso está protegido por ley pero que no es oficial, con todo lo que eso supone (no existe obligación de conocer este idioma, no hay escolarización obligatoria, etc.)–.  Es más difícil obtener visibilidad, repercusión y rentabilidad.


¿Qué destacaría de la colección infantil y juvenil que edita Ámbitu?

Nuestro interés es hacer las cosas bien, nuestros libros tienen que competir con el resto de oferta de ocio de los niños y niñas asturianos, esto es, con obras literarias, series de televisión, videojuegos, etc. en castellano, con productos que tienen muchísima más presencia, más capacidad de inversión y menores costes de producción.  Para un mercado mayor, el coste por unidad se reduce geométricamente. Pero estamos muy orgullosos de tener colecciones ilustradas por Pablo Amargo, Francisco Pimiango o Enrique Carballeira. Nuestros libros, por calidad, pueden mirar de tú a tú a cualquier otro título del mercado.


¿Han sido educados los niños y las niñas en Asturies para leer en asturiano?

El asturiano en nuestro sistema educativo es una asignatura voluntaria. En la escuela pública hay una enseñanza generalizada con resultados desiguales (como ejemplo, puede señalarse que los libros de texto en esta asignatura no son obligatorios). En la concertada no pasa de ser testimonial. Estamos muy lejos de alcanzar un objetivo satisfactorio. El problema del analfabetismo en la lengua propia sigue sin solucionarse y el avance del castellano como lengua exclusiva es cada vez mayor entre los niños. El conocimiento del asturiano depende mucho del nivel de transmisión de esta lengua en el ámbito familiar y ésta varía enormemente de las zonas rurales a las urbanas. El conocimiento correcto de un idioma y, en consecuencia, la formación de lectores se produce en la escuela. En la edad adulta sólo se forma uno por puro voluntarismo. Además del conocimiento, su enseñanza en la escuela otorga prestigio a una lengua, de otra manera será siempre secundaria y débil.


¿El asturiano ha sido promovido y protegido desde las instituciones como el resto de lenguas del Estado español? ¿Ha habido en Asturies una política lingüística realmente comprometida con el asturiano?

El asturiano se promueve y protege desde las instituciones asturianas de una manera testimonial y nunca como las demás lenguas oficiales del Estado. No puede concebirse que una lengua como el asturiano, que, aunque ha conseguido avances en los últimos treinta años, se encuentra en grave peligro de desaparición, no sea utilizada por las propias instituciones asturianas de manera general. No es una lengua de uso de la Administración asturiana, no hay una política transversal en ese ámbito. Tampoco se valora ni se exige su conocimiento en el acceso a los empleos públicos de la Administración autonómica. En la Universidad se estudia, pero hasta este curso –con la implantación del Minor– no ha habido una titulación oficial en Filología Asturiana. En los medios de comunicación públicos asturianos la presencia de programas en asturiano ocupa menos horas de emisión que la publicidad, a pesar de que tienen mucha más audiencia que la media de la cadena. No hay una apuesta política firme en este asunto. No hay una política de verdadero bilingüismo.


¿Cómo valora en este momento la oferta editorial en asturiano?

La oferta es muy buena. La literatura asturiana tiene, proporcionalmente a su tamaño, una nómina de escritores de altísimo nivel en todos los géneros. Pero hacen falta más lectores y más traducciones a otras lenguas para que los autores obtengan un reconocimiento mayor a su talento. Es una lástima y, a la vez, una oportunidad. Por eso seguimos luchando, porque hay calidad y porque quizá algún día el Premio Nobel o el Príncipe de Asturias sea para un escritor o escritora en lengua asturiana.


Publicaciones Ámbitu es algo más que una editorial, su compromiso con la cultura y la información es incuestionable en Asturies ¿Cuáles son las claves de este proyecto?

Las claves son poner mucha ilusión y mucho esfuerzo para obtener un resultado de primer nivel. No conformarse. Luchar contra todo tipo de obstáculos e intentar demostrar al mundo que hay una lengua en un pequeño territorio que se resiste a morir: una lengua tan válida como las demás, que define una visión de la vida, de las emociones y de los acontecimientos con una sensibilidad propia,  que define una identidad. Y también queremos ser un medio: satisfacer nuestra necesidad de comunicación, de formar e informar, de enseñar a nuestros creadores en convivencia con los de cualquier parte del mundo.


¿Cómo han sido sus primeros pasos como lector? ¿A quién le debe su amor a los libros?

En mi infancia tuve muchos juguetes y pocos cuentos o tebeos. Mostré desde niño mucho interés por el mundo de los adultos, por sus reglas, y aprendí que lo mejor para satisfacer una carencia es intervenir en las situaciones de manera creativa y cubrir tus necesidades. Me leyeron pocos libros pero me contaron muchas historias. Me interesé por la trasmisión de una tradición, de un idioma que me emocionaba, que tenía todo el sentimiento. Había algo en lo oral que no encontraba en los cuentos. Por aquel entonces no existían los libros en asturiano. Yo quería cambiar aquella situación. A los 10 años le pedí a mi padre que me comprase mi primer diccionario de  castellano-asturiano. Y lo hizo.


¿De qué nos salva la literatura cuando somos niños? ¿Y cuándo somos adultos?

La literatura para mi es una experiencia, una forma de conocimiento, de conocerse uno a sí mismo y a los demás. Es también una forma de divertirse, de reflexionar, de adquirir conocimientos, de emocionarse y, sobre todo, de ponerse en el lugar del otro, algo que me parece fundamental para llegar a ser un adulto cabal, con amplitud de miras y un sentido claro de la justicia y la equidad.

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